Año 2020. 

Este año no se cansa. Lo que era una visita rutinaria con mi ginecóloga terminó siendo un diagnóstico positivo del Virus del Papiloma Humano. 

Me acuesto en la camilla, pongo mis piernas a cada extremo y revisan mi cérvix. Nada se ve raro, me dijeron. Me dieron cita para volver en dos semanas. 

Me llamaron de la oficina de la ginecóloga para que fuera antes. Se me congeló el alma. Sabía que algo no andaba bien. Era la primera vez que me realizaba la prueba para detectar el VPH. Sí, a mis 34 años, nunca me la hice. Soy una irresponsable. Pero pues, después de todo, confiaba en quien fue mi pareja hasta meses antes de mi diagnóstico, y como me había hecho las otras pruebas de STD’s, ¿qué podría salir mal? 

“Encontramos unas células precancerosas…”, la doctora continuó hablando, pero les juro que yo simplemente dejé de escuchar. Solo pensaba en la posibilidad de morir de cáncer. En ese instante, interrumpí a la doctora y le pregunté una vez más qué era lo que yo tenía. Ella me lo dijo bien pausadamente pero yo solo quería salir corriendo llorando. Me explicó con empatía una vez más y me dijo: “Erika, si tenemos que llorar, lloramos juntas”. 

Nunca olvidaré ese momento.  

Decidí contarle el papelón a mi familia, considerando que la sexualidad no era un tema muy abierto en mi casa. Para mí sorpresa no hubo ningún issue y al instante comenzaron a preocuparse y apoyarme. 

Me lograron hacer una biopsia luego de varios contratiempos con el Sistema de Salud de Puerto Rico (no comments). Ese pedazo que cortan del trozo del cuello uterino duele con ovarios. No hay anestesia que valga. Sin ver, imaginas cómo están trabajando allá adentro de tu vagina. Aunque es un procedimiento corto, parece eterno. 

Decidí abrir mi corazón con mis followers y contarles mi historia. Soy estudiante de maestría en Sexopedagogía y dejar de cuidar mi salud por tanto tiempo me afectó. Hello! ¡Estudiando sexopedagogía y no cuidas tu salud sexual, Erika! 

Ajá. De nada. 

Afortunadamente, mis resultados de la biopsia fueron negativos. Yay! 

Para mi sorpresa, muchas mujeres me contaron que habían pasado lo mismo que yo. Desde las que habían tenido muchas parejas hasta las que habían tenido sexo solo con una persona. 

Otras me confesaron que nunca se atrevieron a hablar del tema con su pareja o familia. 

El caso es que el Virus del Papiloma Humano es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes, transmitida por el varón, quien ni se entera que la tiene. Un virus que puede ser imperceptible, como puede provocarte verrugas vaginales o un peligroso cáncer. Lo escuchamos desde hace muchos años, lo leemos en internet, vemos publicidad de la vacuna, ¡y con todo y eso pasa mucho! 

Creo que cuando compartimos nuestra experiencia sexual, solemos preocuparnos más por un posible embarazo a destiempo que por el riesgo de contagiarnos con una infección de transmisión sexual.

Si tú has vivido esta experiencia, puedes identificarte con esto que te voy a contar.  

A raíz de mi miedo a morir y de mi sentimiento de culpa por contagiarme, disminuyó mi deseo sexual. Comencé a desconectarme poco a poco de mi sexualidad y femineidad. Me dije a mí misma, “vas a pasar este proceso y vas a sanar”. Pero no lograba verme con iniciativa ni siquiera para masturbarme. 

Luego de la cirugía, la recuperación y las menstruaciones subsiguientes no fueron dolorosas, pero emocionalmente yo seguía invalidando mi ser sexual. ¡Continuaba sintiéndome culpable! Era como si durante esos meses, yo no fuera un ser sexual. Y si de momento me daban ganas, me acordaba del riesgo que conlleva el exponerme. 

Además, debido a estar sin trabajo a causa del Covid-19, mantenerme en reposo para evitar lastimarme, aumenté de peso, y eso me hizo sentir menos atractiva que antes. Si lo pienso bien, me veo muy bella ahora, pero mi cuerpo cambió en muchos aspectos.

No escribo esto con el propósito de educarte, pero sí de aconsejarte que a seas responsable de tu salud sexual. Que vayas a tu ginecóloga(o) y no sigas poniendo excusas y que normalicemos el hablar y compartir nuestros resultados de ITS con nuestras parejas sexuales. 

Así que, si estás pasando por esto o ya tuviste el sustito, como ves, no estás sola :)

El punto aquí es que la sexualidad es integral. No todo lo que tiene que ver con sexo es puramente físico. La sexualidad integra emociones, pensamientos y aspectos sociales.  

Hazte tus pruebas, cuídate. Y si estás pasando la mala, aquí estamos pa' llorar juntas, abrazar el proceso y meterle dembow. Recuerda, no somos una obra completa… nos vamos formando día a día con cada experiencia.

Desde mi corazón, te mando muchos besos virtuales no pandémicos.

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